Para poder diagnosticar el cáncer es necesario descartar diferentes posibilidades. Para ello el médico de oncología le hará al paciente diferentes pruebas. Entre ellas se encuentran las siguientes:

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• Pruebas de laboratorio;

• Pruebas con imágenes: tomografía computarizada, resonancia magnética, ecografía, rayos x;

• Biopsias.

 

Si la biopsia y otras pruebas demuestran que el paciente tiene cáncer, se deberán realizarse otros estudios y factores como el grado del tumor o el grupo de riesgo, para decidir el plan de tratamiento.

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Una vez establecido el diagnóstico, se estadifica, es decir, se describe el avance de la enfermedad (tamaños de los tumores y si se extendieron los tejidos cercanos o distantes, como por ejemplo, los ganglios linfáticos u otros órganos.